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‘Helicobacter pylori’: síntomas, diagnóstico y tratamiento

Esta bacteria de forma helicoidal suele afectar al estómago y el duodeno, provocando úlceras y otras posibles complicaciones. Los antibióticos, combinados con otros medicamentos, son una forma efectiva de combatir su presencia en nuestro sistema digestivo.

El nombre de esta bacteria se ha hecho muy popular, dado que es una de las causas más frecuentes de las úlceras estomacales. De hecho, puede presentarse en algún momento de la vida en más de la mitad de la población mundial.

La denominación Helicobacter hace referencia a su morfología en espiral, mientras que el término pylori alude al lugar donde se ubican las células por las que siente mayor afinidad: el píloro, que es la válvula que separa el estómago del duodeno.

Formas de contagio

La bacteria de H. pylori se transmite siempre de una persona a otra y puede diseminarse de las siguientes formas:

  • A través del contacto con la saliva de boca a boca.
  • Mediante el contacto con vómito o heces.
  • A través de alimentos o agua contaminados.

Posibles síntomas

Esta infección es asintomática la mayoría de las veces, pero entre un 10 y un 15% de las personas infectadas con H. pylori desarrollan la enfermedad de úlcera péptica (que es la llaga que afecta a la mucosa que recobre el estómago o el duodeno, clasificándose en úlcera gástrica o duodenal según el lugar de ubicación). 

Cuando la úlcera es pequeña puede no dar ningún síntoma; otras, en cambio, pueden llegar a producir dolor y/o un considerable sangrado.

Algunos síntomas comunes son:

  • Dolor urente o ardor de estómago (que puede empeorar con el estómago vacío).
  • Sensación de hinchazón o, por el contrario, de tener el estómago vacío.
  • Náuseas.
  • Pérdida del apetito.
  • Habitual necesidad de eructar.
  • Pérdida involuntaria de peso.
  • Heces con sangre, oscuras o alquitranadas, o incluso vómito con sangre.
Persona con dolor en el estómago

Cómo se diagnostica

Cuando el paciente ha tenido molestias o dolor en el estómago de modo persistente, o cuando existe un historial previo de úlceras, el médico puede recomendar alguna de estas pruebas, según las características y los síntomas del paciente, para detectar si existe presencia de H pylori:

  • Prueba de aliento con urea: consiste en ingerir una sustancia con urea. Si el H. pylori está presente, la bacteria convertirá la urea en dióxido de carbono. Esto se comprueba con el aire exhalado, al cabo de unos diez minutos.
  • Prueba de sangre: mide los anticuerpos de H. pylori en sangre.
  • Prueba de heces: detecta la presencia de la bacteria en las heces.
  • Biopsia: se toma una muestra de tejido del recubrimiento del estómago, mediante una endoscopia gástrica, para analizarlo.

El tratamiento

Para sanar la úlcera y minimizar el riesgo de que vuelva a desarrollarse, se suelen suministrar tratamientos con una combinación de medicamentos que buscan matar la bacteria, si aún está presente, y reducir los niveles de ácidos en el estómago.

El tratamiento estándar dura, aproximadamente, entre diez y quince días, y suele basarse en una combinación de:

  • Antibióticos, para combatir el H. pylori.
  • Inhibidores de la bomba de protones, para disminuir los ácidos del estómago.
  • En algunos casos, puede suministrarse bismuto, para ayudar a matar la bacteria.

Es muy importante seguir correctamente la pauta y completarla para la curación de la infección.

Expectativas de curación

  • Habitualmente, la reacción a estos tratamientos suele ser buena. 
  • Si la bacteria se muestra resistente, es posible que el médico aconseje repetir más de un ciclo de los medicamentos. 
  • Si existen dudas sobre el tipo de germen, puede ser recomendable efectuar una biopsia del estómago para conocer cuál es el antibiótico más apropiado.
  • También puede haber casos en que no se pueda hacer desaparecer el H. pylori, pero sí reducir sus síntomas.

Posibles complicaciones que hay que evitar

Es importante consultar con un especialista cuando sintamos molestias persistentes en el estómago, ya que una infección crónica de H. pylori puede acabar generando enfermedades o síntomas importantes, como:

  • Anemia.
  • Inflamación crónica.
  • Úlcera péptica.
  • Linfoma del tejido linfoide asociado a la mucosa gástrica.
  • Cáncer estomacal.
  • Pérdida de sangre importante.
  • Perforación en el estómago o los intestinos.

Evidentemente, si creemos que puede darse cualquiera de estas circunstancias, debemos actuar con rapidez y dirigirnos a los servicios médicos de urgencias.

Afortunadamente, la Helicobatcer pylori es curable en una amplísima mayoría de casos. Aunque suele estar vinculada a las condiciones de vida en países en vías de desarrollo o en lugares hacinados, lo cierto es que el contacto social facilita que pueda aparecer en cualquier circunstancia. Por eso, la mejor idea, para evitar que pueda generar futuras complicaciones, es estar atentos a la aparición de síntomes en nuestro sistema digestivo para acudir a los profesionales siempre que sea necesario.

Dra. Claudia Pueyo

Centro Médico Atlántida

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