La donación de órganos, sea en vida o después de morir, es seguramente uno de los actos más altruistas que pueden realizarse. Los órganos que se dan sirven, una vez trasplantados, para mejorar la calidad de vida de las personas que los reciben, pero en otros muchos la sustitución de estos órganos constituye, de hecho, su única esperanza.
Catalunya es uno de los líderes mundiales en donaciones y trasplantes, aunque este proceso todavía está rodeado de tabúes y de informaciones erróneas que hacen que las donaciones no sean más generalizadas. Desde la Organització Catalana de Trasplantament (OCATT), se ha elaborado una lista de cuestiones a saber y que desmontan algunos de los mitos que rodean la donación de órganos y tejidos.
Altruista y sin contraprestación
Lo primero a tener en cuenta es que la donación es un acto voluntario, altruista, solidario, generoso, confidencial, gratuito y sin ánimo de lucro. Por tanto, no hay compensación económica ni de ningún otro tipo en el proceso de donación.
Pero hay otras cosas que hay que saber:
- Consentimiento presunto. En la legislación española, se establece que la donación es de consentimiento presunto. Es decir, todos somos donantes si no hemos expresado lo contrario de forma explícita. De todas formas, si no hay ningún documento firmado en vida que evidencia que queremos ser donantes -como el carné de donante o un manifiesto de voluntades anticipadas-, en última instancia es nuestra familia quien decidirá si da o no el consentimiento para la donación. Por eso es importante explicitar en vida que queremos ser donantes.
- En vida o después de la muerte. La donación de órganos puede realizarse en vida o, más habitualmente, después de la muerte. En este último caso, la donación puede ser de varios órganos, en función de su estado. Por el contrario, cuando se hace en vida, generalmente es sólo de un órgano y suele venir de un familiar del paciente.
- La prioridad es salvar la vida. Aunque se haya explicitado la voluntad de ser donante, esto no presupone que los equipos médicos no harán todos los esfuerzos posibles para salvar la vida de esa persona, porque ésta es siempre su prioridad. La extracción de los órganos sólo se produce cuando existe un diagnóstico cierto de muerte.
- Todo el mundo puede ser donante. Ni la edad, ni el sexo, ni la condición social o, ni siquiera, el estado de salud impiden que alguien pueda ser donante. Sí que hay, por eso, determinadas patologías que pueden afectar a uno o más órganos, pero esto lo valora el equipo médico en cada caso de forma individual.
- Un donante puede salvar 8 vidas. Riñones, hígado, corazón, pulmones, páncreas e intestino. Son los órganos que se pueden dar -si están bien- y permitirán realizar hasta 8 trasplantes a 8 pacientes diferentes y salvarles la vida. Aparte de esto, también se pueden donar diferentes tejidos, la córnea, los huesos, tendones y músculos, las válvulas del corazón y las arterias y venas.
Recuperación después de la pandemia
La asignación de los órganos donados se hace siempre por criterios clínicos y de proximidad geográfica, ya que los trasplantes requieren rapidez para no dañar los órganos. Ésta es otra razón para potenciar las donaciones en nuestro entorno.
Pese a que la pandemia ha hecho disminuir las donaciones y los trasplantes, Catalunya sigue siendo un lugar pionero y puntero en este ámbito. En 2021, los datos se empezaron a recuperar y hubo 288 donantes cadáveres y 145 donantes vivos y se realizaron 1.063 trasplantes de órganos. Para sensibilizar e impulsar las donaciones, desde 2005 se celebra cada 14 de octubre el Día Mundial de la Donación de Órganos, Tejidos y Trasplantes.