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Por qué visitar a un nutricionista

¿Qué debo esperar de una visita al nutricionista?

Una buena alimentación es importante para mejorar la calidad de vida de las personas y para disfrutar de un buen estado de salud. Para afianzar el compromiso con la salud, precisamente, es clave no caer en malos hábitos alimenticios. Aquí, la función del nutricionista puede ser de gran ayuda.

La alimentación es un pilar básico para sostener un buen estado de salud. En este sentido, cada vez son más las personas que confían en el criterio profesional de los nutricionistas y que buscan un buen asesoramiento que les ayude a conseguir sus objetivos.

Los beneficios de acudir a un nutricionista son muchos. Una dieta adecuada no solo mejora el aspecto estético y físico del paciente, también hará que se sienta mejor consigo mismo y aumente su autoestima, se sienta más feliz y se empodere.

Y es que, por otro lado, también es importante entender que el peso no es el único marcador de una vida saludable. También es necesaria una buena digestión, el ritmo intestinal adecuado y los niveles de energía óptimos, por ejemplo. Y esto se regula con una alimentación sana y saludable.

 

Por qué visitar a un nutricionista

El nutricionista es el profesional médico encargado de corregir malos hábitos alimenticios y asesorar sobre cuál es la mejor alimentación para que los pacientes eviten problemas de salud causados por una mala dieta.

Pero un nutricionista no solamente pauta dietas para perder peso, su función también es importante para:

  • Corregir malos hábitos alimenticios
  • Combatir enfermedades como la diabetes, alergias, problemas cardiovasculares…
  • Organizar menús saludables para toda la familia
  • Enseñar a mantener buenos hábitos de vida
  • Aumentar o perder peso
  • Mejorar la fertilidad en mujeres con problemas para la gestación
  • Asesorar en etapas vitales importantes como el embarazo y/o la lactancia
  • Mejorar el rendimiento deportivo

En resumen, en todos los momentos y las situaciones en los que una alimentación adecuada pueda ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas, los nutricionistas enseñan, investigan, asesoran y guían.

Qué pasa en la primera visita con un nutricionista

La primera visita con un nutricionista es importante. En esta cita, el especialista recabará toda la información sobre el paciente y su salud. Es decir, el paciente debe ser sincero sobre sus hábitos alimenticios, su estilo de vida, historial médico y antecedentes familiares, toma o no de medicamentos, movimientos intestinales, etc. Todos estos datos ayudan al nutricionista a establecer las recomendaciones sobre sus nuevos hábitos.

Es importante también establecer en común, especialista y paciente, los objetivos. Cada persona es única y su reto también debe serlo. Hay personas que acuden al nutricionista para perder peso, otras para afianzar buenos hábitos alimenticios, otras para ganar peso.

También se recomienda consultar a un nutricionista en el caso de parejas con problemas de fertilidad. Aunque sean diferentes objetivos, tienen algo en común: deben ser específicos para cada paciente, se deben poder medir y deben ser reales y alcanzables.

Finalmente, la visita termina con el plan nutricional personalizado. El nutricionista establecerá las prioridades clave y cómo alcanzarlas. A partir de ese momento, con compromiso por parte del paciente, empieza el cambio de alimentación y hábitos pautado.

 

El seguimiento por parte del nutricionista

Tras esta primera visita, el siguiente paso es el seguimiento, igual de importante. Durante las próximas semanas, el médico irá preguntando al paciente qué le ha costado más, si ha visto mejoras, cómo se siente y qué no ha funcionado. Dependiendo de cada caso, se aconsejará visitar al nutricionista cada más o menos tiempo.

Las visitas con un nutricionista están en constante evolución y perfeccionamiento. Un buen plan nutricional es importante para lograr los objetivos marcados y debe responder ante los cambios horarios, de hábitos de vida, etc.

Esta adaptación al día a día real del paciente permite garantizar el seguimiento y evitar, por ejemplo, caer en el consumo de alimentos poco saludables. Además de esta buena alimentación, el nutricionista recordará a su paciente la importancia de realizar alguna actividad física de manera regular.

En las sesiones de seguimiento, es probable que aumente la confianza entre paciente y médico, además de mejorar la motivación del paciente. En el seguimiento recae la fortaleza que las personas necesitan para mantenerse firmes en sus objetivos.

Además, gracias a estas visitas rutinarias, el nutricionista conoce más y mejor a su paciente y puede ser más certero con sus pautas y ajustar mucho más el plan nutricional.

 

Pilar Betriu
Nutricionista i dietista Grup Atlàntida

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