Las enfermedades cardiovasculares son aquellas que afectan al corazón y las arterias y son la primera causa de muerte y de incapacidad en todo el mundo. Cada año 17,5 millones de personas mueren como consecuencia de una enfermedad del corazón. En España afectan a una cuarta parte de la población y las que tienen una mayor incidencia son:

–Hipertensión arterial: Es el aumento de la presión de la sangre de forma continuada. Incrementa el riesgo de sufrir un ictus y un infarto agudo de miocardio. Una persona es hipertensa cuando tiene repetidamente la presión sistólica (la máxima) igual o superior a 140mmHg, o la presión arterial diastólica (mínima) igual o superior a 90mmHg. La hipertensión es el factor de riesgo más fácil de detectar y de tratamiento más sencillo.

-Ictus: Alteración de la circulación de la sangre en el cerebro que provoca un tapón o la rotura de una arteria. Esta obstrucción hace que no llegue sangre a una parte del cerebro y que las células cerebrales mueran.

-Infarto agudo de miocardio: Muerte del tejido cardíaco por la disminución o interrupción de la circulación coronaria atribuido a una trombosis de la arteria (a un tapón). Por su gravedad -puede provocar la muerte-, es muy importante la prevención.

-Insuficiencia cardíaca: El corazón es incapaz de expulsar la sangre que le llega en cada ciclo cardíaco y proporcionar sangre a todos los órganos y partes del cuerpo. Las personas que la padecen tienen dificultades para realizar las actividades de la vida diaria.

Las causas más importantes de las enfermedades cardiovasculares son una dieta poco saludable, la inactividad física y el consumo de tabaco y alcohol entre otros. Por este motivo, si queremos intentar evitarlas debemos actuar sobre estos factores de riesgo mediante una prevención adecuada.

Pautas a seguir

Principalmente, se trata de mantener un estilo de vida saludable. Por lo tanto, nos conviene seguir una dieta saludable, dejar el tabaco y el alcohol, reducir el estrés y hacer ejercicio físico de manera regular. La Organización Mundial de la Salud calcula que se podría reducir el 80% la incidencia de estas enfermedades, si se siguieran estos hábitos y se controlaran los factores de riesgo.

Hay una serie de factores de riesgo que no se pueden controlar: como la edad, el sexo o los antecedentes familiares. Por ello, es importante a partir de una determinada edad -45 en el caso de los hombres y 55 en las mujeres- hacer controles de manera rutinaria de todo el sistema cardiovascular para controlar la presión arterial, el nivel de azúcar en la sangre y el colesterol. Estos controles deben ser como mínimo una vez al año. Esta recomendación es aún más aconsejable si tenemos familiares que han sufrido algún accidente cardiovascular, sobre todo en edad temprana.

En cuanto al sexo, el hecho de ser hombre incrementa el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular, pero las mujeres no están exentas, sobre todo a partir de la menopausia. Las estadísticas muestran que en el mundo un tercio de las mujeres mueren por esta causa.