Las garrapatas son un tipo de ácaros que se alimentan de sangre. Su aspecto recuerda a una pequeña araña, y es frecuente que se enganchen a la piel de las personas al pasear por el bosque o por el campo, aunque también es habitual que escojan como huéspedes a mascotas como los perros. Existen muchos tipos de garrapata, la mayoría inofensivos, aunque resulta muy útil conocer qué enfermedades pueden transmitir y cómo actuar si se detecta alguna garrapata en la piel o en la ropa.
Cuando la garrapata entra en contacto con la piel de una persona, suele desplazarse y buscar una zona húmeda y cálida, como puede ser el cuello, las axilas, las ingles o el cuero cabelludo. Entonces, este parásito se engancha a la piel y se alimenta de la sangre de su huésped. El cuerpo de la garrapata se hincha y su nueva presencia recuerda al de una lenteja de color pardo-rojizo.
¿Qué enfermedades pueden transmitir?
Las garrapatas pueden causar diversas enfermedades, que suelen tener tratamiento y no ocasionan consecuencias graves. De hecho, gran parte de las enfermedades transmitidas por garrapatas requieren que este ácaro se adhiera e ingiera sangre durante muchas horas para que la persona se infecte. De ahí la importancia de retirarla cuanto antes.
Existen más de 800 tipos de garrapatas que pueden transmitir enfermedades. En Europa, de hecho, constituyen el primer transmisor de patologías y el segundo del mundo, después de los mosquitos, según datos de la Fundación IO.
En España, las enfermedades transmitidas por garrapatas suelen ser benignas y no suponen peligro como en otros países. Aquí, las patologías más habituales son:
- La fiebre botonosa o exantemática mediterránea
- La enfermedad de Lyme
- El Debonel/Tibola (inflamación de ganglios)
La fiebre botonosa mediterránea está provocada por Rickettsia conorii, un tipo de rickettsias, unas bacterias que el insecto puede inocular en la sangre del huésped al clavarse en su piel. En cada zona del mundo, hay una variante de rickettsia endémica responsable de la provocación de una enfermedad.
Todas estas variantes provocan síntomas similares: fiebre, dolores en las articulaciones, aumento de tamaño e inflamación de los ganglios, además del enrojecimiento de la zona de la picadura. En ocasiones, causan una pequeña úlcera. El médico decidirá en cada caso si debe realizar una profilaxis con antibiótico para prevenir el desarrollo de la rickettsiosis o no.
Y es que ni todas las picaduras de garrapata ni todas las garrapatas transmiten enfermedades. De igual manera, no todas las picaduras se notan. La mayoría de las veces, una persona no se da cuenta de que le ha picado una garrapata, ya que, cuando lo hace, con su saliva inocula sustancias anestésicas que hacen que el pinchazo sea indoloro.
¿Puedo prevenir una picadura de garrapata?
En general, los meses con mayor densidad de garrapatas son los comprendidos entre mayo y octubre. No obstante, algunas especies de este ácaro pueden picar, también, durante los meses de invierno. Eso sí, todas las garrapatas suelen picar de día.
Pese a la creencia popular, las garrapatas no saltan ni vuelan. Suelen estar situadas en la hierba o en los matorrales, esperando que pase un animal o una persona de los que poder alimentarse. Algunas garrapatas pueden desplazarse por el suelo y buscar así al huésped que más les interese.
Para prevenir que una garrapata pique es importante:
- Ir siempre cubiertos con ropa de manga larga, pantalones hasta el tobillo y calcetines altos cuando se vaya a caminar por zonas rurales, con vegetación densa, o por bosques tupidos.
- Evitar sentarse para descansar en zonas con mucha vegetación.
- Rociar la ropa o la piel con repelentes de insectos que contengan al menos un 20% de DEET (si se aplica sobre la piel) o permetrina (si se aplica sobre la ropa).
- Revisar la ropa y la piel para detectar a tiempo la presencia de esos insectos después de una excursión o un paseo por zonas sospechosas (cuanto menor sea el tiempo de permanencia de la garrapata en el cuerpo, menor riesgo de ser infectado).
- Examinar a las mascotas que hayan paseado junto a nosotros y extraerles las garrapatas, si se las vemos.
¿Debo extraer una garrapata?
Extraer una garrapata puede ser una tarea sencilla, siempre y cuando se sepa hacer y se respeten ciertas normas. Hay que realizar la extracción con mucho cuidado para que no se rompa y se quede enganchada a la piel.
- Hay que usar pinzas para agarrar la garrapata cerca de su cabeza o boca.
- No se debe intentar quitar con métodos populares como vaselina, esmalte de uñas o cerillas.
- Hay que tirar de la garrapata con un movimiento lento y constante, sin girar ni retorcer las pinzas.
- Se debe lavar luego la piel y las manos con agua y jabón, y usar un antiséptico para higienizar bien el punto de la picadura.
- Es recomendable guardar el ácaro en un frasco, por si hay que acudir al médico y que este pueda saber la especie que nos ha picado.
Hay que consultar con el médico siempre que se presente fiebre o una erupción cutánea durante las cuatro semanas posteriores a la picadura de una garrapata. También, si al intentar extraer el parásito, alguna parte suya queda en el interior de la piel.
Dr. Carles Rabassa
Director Médico de Atlántida