Hipertiroidismo e hipotiroidismo: ¿en qué consisten?

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La tiroides es una glándula encargada de controlar el metabolismo del cuerpo. Las hormonas que libera se encargan, entre otras acciones, de asegurar un funcionamiento adecuado de los sistemas cardiovascular, nervioso y musculoesquelético, así como de regular la temperatura corporal. Las alteraciones en la tiroides influyen decididamente en nuestro estado de salud y pueden derivar en patologías diversas, las más conocidas de las cuales son el hipertiroidismo y el hipotiroidismo.

¿Qué es la tiroides?

La tiroides es una glándula neuroendocrina (es decir, que libera hormonas) que se encuentra situada en el cuello, justo encima de la tráquea. Se caracteriza por su forma de mariposa, con dos lóbulos (uno a cada lado de la tráquea) unidos por el centro. La glándula es controlada por el hipotálamo y la pituitaria, y en edad adulta alcanza un peso de entre 15 y 30 gramos.

  • La tiroides ejerce una acción reguladora del metabolismo del cuerpo. Participa en la producción de tiroxina y triyodotironina, dos hormonas implicadas en el crecimiento, y sintetiza la hormona calcitonina, entre otras acciones.
  • La tiroxina, por su parte, ayuda a controlar la producción de energía del cuerpo y, durante el crecimiento, hace que los tejidos se vayan adaptando a los cambios. De esta manera, aumentan de tamaño y adquieren la forma adecuada.

“Me han diagnosticado hipertiroidismo”

El hipertiroidismo es uno de los problemas que puede causar la tiroides. Se trata de un trastorno causado por una producción excesiva de hormona tiroidea; es decir, cuando la tiroides es demasiado activa. Si libera demasiada hormona de forma prolongada, se denomina hipertiroidismo crónico, mientras que, si lo hace durante un periodo corto de tiempo, se denomina hipertiroidismo agudo.

Esta alteración puede ser resultado de numerosos factores, entre los que se encuentran:

  • la enfermedad de Graves (que causa el 85% de los casos)
  • la ingesta excesiva de yodo
  • una tiroiditis (inflamación de la glándula)
  • tumores no cancerosos de la tiroides (bocio nodular o multinodular tóxico)

El exceso de hormona tiroidea puede provocar una notable bajada de peso, aumentar la frecuencia cardíaca y elevar la sensibilidad de la persona al calor. Además, se relaciona con el bocio, el aumento de la sudoración, la pérdida de cabello, la hipertensión arterial, la ausencia de menstruación e incluso la dificultad para dormir, temblor en las manos y prurito generalizado. El tratamiento para el hipertiroidismo suele consistir en medicación antitiroidea, yodo radiactivo o cirugía.

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“Tengo hipotiroidismo”

Cuando la glándula tiroides no produce la cantidad de hormona que el cuerpo necesita, tiene lugar un trastorno denominado hipotiroidismo.

Las causas de esta afección suelen estar relacionadas con:

  • defectos congénitos (hipotiroidismo neonatal)
  • reacciones al yodo radiactivo
  • extirpación de la glándula
  • infección vírica (tiroiditis subaguda)
  • toma de determinados fármacos

Como resultado, la persona afectada puede ganar peso, sentirse fatigada y presentar dificultad para lidiar con las bajas temperaturas.

El tipo de hipotiroidismo más común es conocido como tiroiditis crónica o enfermedad de Hashimoto. Es ocasionado por una reacción del sistema inmunológico (aparecen anticuerpos antitiroideos) contra la glándula tiroides y provoca estreñimiento, piel seca, fatiga, presencia de bocio, intolerancia al frío, fatiga y aumento leve de peso. En algunos casos, también puede aparecer rigidez articular e hinchazón facial.

La enfermedad de Hashimoto puede surgir en cualquier momento de la vida, aunque tiene una especial incidencia entre mujeres de mediana edad. El tratamiento, cuando existe una producción insuficiente de hormonas (hipotiroidismo subclínico), se basa en una terapia sustitutiva con hormona tiroidea. Si no hay evidencias de la falta de hormonas, simplemente puede ser necesario un seguimiento médico.

Bocio simple y nodular tóxico

El bocio simple se produce cuando la tiroides aumenta de tamaño. Esto puede suceder por diferentes causas, entre las que se encuentra la incapacidad de la glándula para producir suficiente cantidad de hormona tiroidea. En muchos casos, además, el bocio está asociado a una carencia de yodo en el organismo, por lo que es importante asegurarse de consumir las cantidades adecuadas de este nutriente a través de la dieta diaria. El pescado, el marisco, los lácteos, las frutas y las verduras son alimentos que contienen grandes cantidades de yodo.

El bocio puede causar dificultad respiratoria (presiona la tráquea y el esófago), tos, ronquera y dificultad para tragar. Sin embargo, solo suele ser tratado médicamente cuando provoca molestias.

Por otro lado, el bocio nodular –o multinodular– tóxico es un agrandamiento de la tiroides a causa de la presencia de uno o varios tumores, que, a su vez, producen demasiada hormona tiroidea. Suele surgir a raíz de un bocio simple, principalmente en personas de edad avanzada, y se asocia a síntomas como fatiga, intolerancia al calor o pérdida de peso (signos típicos del hipertiroidismo).

Consulta con tu médico si crees que puedes sufrir alguna de las patologías asociadas a la tiroides. Para su diagnóstico, los médicos usarán tu historia clínica, te harán un examen físico y, si es necesario, también realizarán pruebas de imagen. El tratamiento dependerá del problema y podrá incluir medicamentos, terapia con yodo radiactivo o cirugía.

Dr. Carles Rabassa
Director Médico de Atlàntida

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