Ten cuidado con la luz del sol. Es el principal factor responsable del melanoma cutáneo, una forma de cáncer de piel que afecta primero la dermis y, después, puede producir metástasis, si no se actúa en los primeros estadios de la enfermedad, y diseminarse por el cuerpo.
La mala noticia es que la incidencia de este tipo de tumores está aumentando de manera alarmante en los individuos de raza blanca en todos los registros de cáncer. La buena, que la gran mayoría se curan si se detectan a tiempo.
Factores de riesgo
La exposición prolongada o intensa de manera puntual a la luz del sol es el principal factor externo de riesgo para estos tumores. No sólo ahora, en verano, sino a lo largo de la vida. «La piel tiene memoria», recuerdan los expertos, y haberse quemado en algún momento a lo largo de la vida debido al sol puede ser un detonante para la aparición de melanomas.
Hay algunas características genéticas que nos predisponen, como pueden ser la pigmentación de la piel. Por eso los rubios o pelirrojos tienen más riesgo. También deben vigilar más los que tienen muchos lunares -o pecas atípicas- o los que ya han sufrido algún cáncer o tienen familiares de primer y segundo grado que han tenido melanoma.
Importancia de la prevención
Como con muchas otras enfermedades, la prevención es básica. Es lo que tenemos más a mano para tratar de evitarla y minimizar los riesgos. La principal medida de prevención primaria es evitar la exposición al sol de manera intensa o prolongada y evitar quemarnos. Las protecciones, pues, son indispensables, incluidas las cremas de factor 50+.
En este ámbito, también se recomienda evitar las cabinas de bronceado. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que tienen la capacidad de producir cáncer de piel y las equipara al tabaco en cuanto al cáncer de pulmón.
Regla melanoma
La prevención secundaria es la que está orientada a conseguir un diagnóstico precoz de la enfermedad. En este ámbito la autoexploración de la piel es una herramienta importante para detectar cambios en los lunares que tengamos y también para detectar alteraciones en algunos ganglios.La autoexploración de todo el cuerpo debe seguir la regla ABCDE: A de asimetría, B de borde, C de color, D de diámetro y E de evolución.
Si detectamos alguna anomalía, debemos acudir al dermatólogo para que nos haga una exploración clínica y determine el estado y el avance del melanoma y cuál es el mejor tratamiento. La extirpación quirúrgica y la posible medicación o radioterapia se deciden en función de la extensión del tumor y de su afectación sobre otros órganos del cuerpo.
