El diagnóstico es una parte fundamental del proceso de curación, ya que es el primer paso para detectar las patologías de un paciente y establecer una intervención o tratamiento adecuados para su correcta recuperación.
Para efectuar el diagnóstico, los profesionales sanitarios disponen de una gran cantidad de pruebas (análisis químicos, exploraciones físicas, etc.), entre las que destacan aquellas que permiten observar de forma directa el aspecto de diferentes zonas del cuerpo humano. Este es el caso de la endoscopia, una técnica de exploración normalmente indolora que habitualmente se realizan con sedación que ofrece un apoyo de inestimable valor durante el diagnóstico, sin entrañar grandes riesgos para la salud.
El endoscopio
El aparato o instrumento empleado para la realización de una endoscopia es el endoscopio. Se trata de un sistema formado por un tubo óptico que permite cierta maniobrabilidad y que, a través de su extremo, capta imágenes del interior del cuerpo. De este modo y mediante una pantalla que procesa las imágenes, el endoscopio permite observar en directo parte de la cavidad, del tejido o del órgano que está siendo explorado.
El diseño y la forma del endoscopio no se reduce a un estándar. Existen diferentes tipos según su finalidad, es decir, según la parte del cuerpo que hay que explorar:
- El endoscopio rígido: su finalidad es explorar articulaciones, la vejiga y el abdomen.
- El endoscopio flexible (también denominado fibroscopio): se utiliza frecuentemente para obtener imágenes de los bronquios, del estómago o del esófago.
En muchas ocasiones, tanto el endoscopio rígido como el flexible sirven de complemento en el quirófano, donde se emplean como guía, combinados con otro tipo de material quirúrgico.
¿En qué consiste la endoscopia?
La endoscopia surgió durante la primera mitad del siglo XX, cuando su uso se restringía únicamente a la exploración del estómago, pero ha evolucionado notablemente, gracias a los avances tecnológicos de nuestro tiempo, llegando a aplicarse hoy en día en numerosos ámbitos medicinales.
Se trata de una técnica de diagnóstico que permite realizar una inspección visual en zonas del interior del cuerpo a través de la utilización de un endoscopio. En sí, el término endoscopia hace referencia de forma genérica a diferentes técnicas de exploración basadas en los mismos principios médicos y tecnológicos. Por ejemplo, la endoscopia que va dirigida a apoyar el diagnóstico de una enfermedad relacionada con el colon es conocida con el nombre de colonoscopia, una prueba diagnóstica que se usa, esencialmente, para detectar el cáncer de intestino grueso.
El tubo empleado para llevar a cabo la técnica, el endoscopio, se puede introducir en el cuerpo aprovechando vías naturales o a través de incisiones quirúrgicas o heridas. La más frecuente es la endoscopia a través de la boca, para explorar el esófago y el estómago.
Aplicaciones de la endoscopia
La endoscopia es una técnica de diagnóstico muy requerida desde diferentes campos médicos. Puede ser empleada tanto en otorrinolaringología, para realizar pruebas en la laringe o las fosas nasales, como en reumatología, donde en muchas ocasiones se requiere constatar de manera visual el estado de las articulaciones. Asimismo, los ginecólogos hacen uso de endoscopias para observar los órganos genitales femeninos; mientras que el urólogo puede requerir imágenes en directo de la vejiga.
Los diferentes tipos de endoscopia se clasifican habitualmente en función de la zona del cuerpo que se va a explorar. De este modo, podemos someternos a una laringoscopia, si lo que se pretende observar es la laringe, o a una fibroscopia bronquial, si la parte del cuerpo de interés son los bronquios. Son más ejemplos de endoscopia la rinofibroscopia (fosas nasales), la cistoscopia (vejiga), la histeroscopia (útero) o la artroscopia (articulaciones).
Enfermedades para diagnosticar
La endoscopia, en combinación con otros indicadores, como los síntomas que presenta el paciente o el historial clínico, puede ayudar a diagnosticar diferentes enfermedades. Son un ejemplo:
- El cáncer de colon: es el tumor maligno de mayor incidencia en España si se cuentan hombres y mujeres, tal y como explica la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Afecta a la parte final del tubo digestivo, el intestino grueso.
- La enfermedad de Crohn: se genera una inflamación en el intestino por causa de un mal funcionamiento del sistema inmunitario.
- El cáncer de esófago: este tipo de cáncer generalmente tiene que ser suprimido mediante cirugía. En ocasiones, la endoscopia puede sustituir a su diagnóstico por biopsia (extracción de una muestra para su observación en un microscopio).
- La úlcera gástrica: es una lesión que se produce en el estómago y que puede afectar también al duodeno. La endoscopia ayuda a detectar fácilmente esta afección.
- El papiloma esofágico: se trata de un tumor benigno localizado en el esófago. Se puede detectar de forma visual mediante una endoscopia.
- La hernia de hiato: ocurre cuando el estómago se introduce por causa de una anomalía en el tórax, y causa un gran dolor torácico.
Las técnicas de diagnóstico como la endoscopia revolucionaron la manera de determinar el tratamiento que tenía que recibir un paciente. Ahora, destacan por su rapidez, sencillez y gran efectividad, y se han hecho indispensables en distintos campos médicos.
Dr. Carles Rabassa
Director Médico Atlàntida