Endoscopia: cómo te tienes que preparar

La endoscopia es una prueba complementaria para diagnosticar ciertas enfermedades que, además, permite hacer intervenciones sin ingreso hospitalario. Antes de hacerla, es importante ayunar durante al menos las ocho horas previas. Este ayuno incluye el agua y, incluso, masticar chicle.

La endoscopia es una prueba que permite al médico ver el interior del cuerpo del paciente gracias a un endoscopio, un tubo delgado y flexible con una luz y una cámara al extremo. Esta cámara diminuta transmite imágenes a un monitor de video en la sala de exámenes. El médico mirará el monitor para detectar anomalías en el tracto digestivo o urinario.

Según el área que se tenga que examinar, el endoscopio se introduce por la boca, la uretra o el ano. El médico lo irá empujando suavemente porque avance, hasta visualizar todas las estructuras deseadas.

Nos centraremos en la gastroscopia:

Cuando hablamos de gastroscopia, nos referimos a l´endoscopia del trato digestivo superior. Por lo tanto, esta prueba complementaria, se usa en el proceso diagnóstico de patologías relacionadas con el esófago, el estómago o el duodeno. Suele durar entre los 15 minutos y los 30 minutos, en función del estado del paciente y del que se tenga que analizar.

Además, permite hacer pequeñas intervenciones sin necesidad de ingreso hospitalario y reduce, por lo tanto, el riesgo de complicaciones. El médico puede pasar herramientas especiales a través del endoscopio para tratar algunos problemas del aparato digestivo, como por ejemplo cauterizar un vaso que sangra para parar la hemorragia, dilatar o estrechar el esófago o extirpar un pólipo.

La endoscopia es una prueba habitual, muy utilizada en la hora de detectar y prevenir el cáncer, o averiguar la causa de los síntomas de muchas de las enfermedades más habituales a las consultas. Es una prueba rutinaria que permite diagnosticar úlceras o enfermedades como la gastritis, entre otros.

Es un examen que no causa dolor, puesto que se hace bajo sedación. Además, el endoscopio no interfiere en la respiración del paciente y solo tiene que causar una molestia leve. Es, finalmente, un examen médico muy seguro que raramente comporta complicaciones.

¿Como es debido prepararse antes de una endoscopia?

Una endoscopia necesita una preparación previa por parte del paciente para garantizar que el médico tenga una visión clara de la zona por donde pasará el tubo.

Para que la cámara pueda captar correctamente el que encuentra en el interior del cuerpo, sobre todo al esófago, el estómago y el duodeno, el estómago tiene que estar vacío.

–           Por eso, antes de hacerse este examen es importante no haber ingerido bebidas ni alimentos durante las ocho horas previas. No se puede beber agua ni masticar chicle. Si no se respeta este ayuno, es imposible hacer la gastroscopia, que se tendrá que aplazar.

–           El paciente, además, no puede tomar ningún antiácido ni medicamento para las úlceras el día de la prueba (ni las ocho horas previas), porque este consumo también alteraría la visualización del interior del cuerpo de la persona.

–           Si se toma aspirina, antiinflamatorios o suplementos de hierro puede ser que el médico recomiende dejar de tomarles los 7-14 días previos a la prueba. Pasa el mismo con los anticoagulantes, puesto que pueden aumentar el riesgo de sangrado si se hacen ciertos procedimientos durante la endoscopia.

–           El paciente no tiene que fumar desde la noche anterior a la prueba ni durante el día del examen.

Después de la endoscopia

Es normal que el paciente note la garganta (si es por donde se ha introducido el endoscopio) dormida o un poco dolorida. Del mismo modo, es relativamente habitual tener sensación de estómago lleno, a causa del aire que se libera al estómago durante el examen.

Por otro lado, como que para la realización de la endoscopia se tiene que sedar el paciente, es recomendable ir acompañado por un adulto a la prueba. Después de la sedación, la persona no tendría que conducir, ni manipular ninguna clase de máquina, cuando menos hasta que los efectos de la sedación hayan desaparecido del todo.

Cuando haya llegado a casa, el paciente puede experimentar algunas señales o síntomas un poco incómodos. Son normales y mejoran con el paso de las horas. Entre los más habituales hay:

–           Abultamiento y gases

–           Recargolaments

–           molestia de cuello

Las complicaciones son muy raras y tienen lugar, principalmente, en procedimientos más largos, como cuando se extraen pólipos. De todos modos, si después de una endoscopia el paciente presenta fiebre, dificultad para tragar, dolor abdominal, vómitos o heces oscuras o con sangre de color rojo vive, tiene que ir al médico enseguida.

 

Dra. Claudia Pueyo
Centro Médico Atlàntida

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