Después de más de 20 años trabajando en el servicio de urgencias del Centro Médico Atlántida, la doctora Assumpta Massagué se jubiló el pasado mes de junio. Hablamos con ella en su penúltimo día de trabajo para conocer un poco mejor su trayectoria y darle una merecida despedida.

Antes de entrar en Atlántida, la doctora Massagué siempre había ejercido como médico de hospital. De su trabajo como doctora en urgencias lo que más le gustaba era diagnosticar a los pacientes. «De formación soy internista y siempre me ha apasionado diagnosticar», asegura.

Su carrera está llena de anécdotas que no puede explicar por la confidencialidad médico-paciente, pero nos explica una de inocente y divertida. «Cuando todavía había aparatos de aquellos antiguos de rayos-X, vino una paciente a hacerse una placa para confirmar una posible neumonía. La enfermera le dio las instrucciones y cuando entramos en la sala de rayos-X no la encontrábamos por ninguna parte. Salimos a buscarla por la sala, el lavabo, en todas partes … Y resultó que estaba escondida detrás del aparato», recuerda.

Son muchos los pacientes del Centro Médico Atlàntida que le están agradecidos. Como un paciente que superó un cáncer de pulmón gracias a su diagnóstico precoz.

En toda una vida ejerciendo la medicina, ha visto de todo. En 1978, cuando era una joven MIR del Hospital de la Vall d’Hebron le tocó vivir la tragedia del camping de los Alfaques, en la que 215 personas murieron quemadas. «No sé cómo sería Hiroshima, pero se debía parecer mucho a los Alfacs«, afirma.

La pandemia del Covid-19 la ha vivido con «impotencia porque no sabíamos qué hacer» y nos cuenta que de no haber sido por el virus quizás habría esperado un poquito más a jubilarse.

Asegura que está satisfecha de su etapa en Atlántida y ahora se prepara para disfrutar de la jubilación. «Me gusta mucho coleccionar antigüedades, viajar, el cine, leer y cocinar. Así que estaré bien entretenida», asegura. Cuando la Covid-19 le permita ya tiene programado un viaje a Israel. ¡La echaremos de menos!