Las fiestas de Navidad son sinónimo de alegría, encuentros en familia, buenos deseos, regalos a raudales, sentimientos positivos… ¿Siempre? Para algunas personas, estas fechas pueden ser un dolor de cabeza, un trasiego e, incluso, un momento muy complicado del año. Sobre todo si sufren algún problema de salud mental.
La intensa actividad que provocan las fiestas -organizar todas las comidas y encuentros, comprar todos los regalos, las tareas de limpieza…-, que deben combinarse con la vida laboral, suponen un descalabro en las rutinas habituales del resto del año. Pero es que además se suman otras cuestiones, como las posibles tensiones en los encuentros familiares y la autoexigencia para conseguir que todo salga bien. También, en el caso, de las personas con algún problema psicológico, la necesidad de “ser felices” cuando quizás no lo están.
Algunos consejos
Las fiestas de Navidad también pueden ser una época complicada para la gente que no tiene una red familiar y social satisfactoria, ya que puede agravarles el sentimiento de soledad. Lo mismo puede ocurrir con las personas que acaban de sufrir la pérdida de un ser querido.
En el caso de la gente con depresión, que obviamente no dejarán de sufrirla simplemente porque es Navidad, conviene tener en cuenta algunos consejos:
- Mantener durante las fiestas los tratamientos que se estén siguiendo y las rutinas y hábitos saludables.
- Moderar el consumo de alcohol, que puede provocar la depresión y empeorarla.
- Buscar el tiempo para autocuidarse.
- Hablar con familiares y amigos en caso de sentirse solo para solicitar ayuda y compañía.
- Evitar ponerse un listón demasiado alto respecto a las fiestas. Para rebajar nuestras expectativas y exigencias y toda esa presión añadida.
- Ante la aparición o empeoramiento de la depresión, pedir ayuda, ya sea a personas cercanas o a un profesional de la salud.
Repunte durante la pandemia que se mantiene
Los datos de la última Enquesta de Salut de Catalunya muestran cómo los casos de depresión moderada o grave empeoraron durante la pandemia de Covid-19: en 2019, el 4,7% de los hombres y el 9,6% de mujeres tenían un diagnóstico en ese sentido. Lo preocupante es que estos datos no han descendido después de haber superado la parte más dura de los confinamientos. Por el contrario, han subido: en 2021, la depresión afectaba al 5,7% de los hombres y al 12,2% de las mujeres.
En cambio, esto no ocurre respecto a la percepción subjetiva del bienestar emocional. Si en 2019 el 22,2% de los hombres y el 30,1% de las mujeres afirmaban sentir malestar emocional, el año pasado estas cifras se redujeron cinco puntos en el caso de los hombres y más de dos puntos respecto a las mujeres.