Síndrome de Wilkie: qué tratamientos existen

El síndrome de Wilkie es una enfermedad poco frecuente, también conocida como el síndrome de la arteria mesentérica superior. Es, por lo tanto, una causa poco común de obstrucción intestinal. Algunos pacientes son asintomáticos, por lo que para su diagnóstico se usan distintas técnicas radiológicas, y su principal tratamiento es restaurar la pauta de alimentación habitual.

El síndrome de Wilkie, también llamado síndrome de la arteria mesentérica superior (SAMS), es poco frecuente en la población y causa obstrucción abdominal. Esta enfermedad se caracteriza por la compresión del duodeno en su tercera porción, y es consecuencia de un estrechamiento del espacio entre la arteria mesentérica superior y la aorta.

Es una patología que puede darse en cualquier edad, aunque es más frecuente entre los adolescentes y jóvenes. Además, es más común entre personas con poco peso o que hayan crecido muy rápidamente. También es recurrente en pacientes que hayan experimentado una rápida bajada de peso.

¿Cuál son sus principales signos?

Sus síntomas no siempre son los mismos para todas las personas, lo cual complica su diagnóstico. Entre la sintomatología más habitual destaca:

  • Pérdida de peso
  • Dolor abdominal
  • Hinchazón después de las comidas
  • Vómitos y náuseas
  • Hipertensión arterial
  • Saciedad precoz

En muchas ocasiones, los pacientes son asintomáticos, por lo que es una enfermedad difícil de diagnosticar. Por eso, es normal que el síndrome de Wilkie se llegue a diagnosticar mediante pruebas o exámenes que, en un principio, se dirigían a la evaluación de otras enfermedades.

¿Cómo se diagnostica el síndrome de Wilkie?

Habitualmente, las pruebas necesarias para determinar el síndrome de la arteria mesentérica superior incluyen rayos X abdominales simples, exámenes radiográficos del tracto gastrointestinal superior, ultrasonido, arteriografía y tomografía computarizada.

Precisamente, mediante esta tomografía axial computarizada (TAC) se puede confirmar una disminución de la grasa intraabdominal y retroperitoneal, la distancia aortomesentérica, y la dilatación duodenal. Es decir, constituye un procedimiento muy eficaz tanto para el diagnóstico como para el seguimiento del paciente.

Es importante detectar esta enfermedad de manera temprana para evitar complicaciones. En algunos casos, el síndrome de Wilkie grave puede derivar en una deshidratación progresiva, en hipopotasemia (bajo potasio) o en oliguria (poca orina). Además, puede causar úlceras pépticas o neumonías por aspiración. En cambio, si se logra un diagnóstico y se cursa un tratamiento adecuado, el pronóstico de esta enfermedad poco frecuente es muy positivo.

¿Cuáles son las causas del SAMS?

Entre las causas más frecuentes de esta enfermedad se encuentra la disminución de la almohadilla grasa retroperitoneal en personas de complexión delgada, sobre todo en las mujeres.

También se relaciona con una pérdida de peso de forma muy rápida que puede darse en personas que padecen anorexia nerviosa, malnutrición, malabsorción u otras afecciones.

Es decir, el origen del síndrome de Wilkie se puede dar por diferentes factores:

  • Síndromes consuntivos: habitual en pacientes oncológicos, sida, malabsorción intestinal, etc.
  • Trastornos de la alimentación como la anorexia
  • Traumatismos severos. Aquí se incluyen los politraumatismos, las lesiones medulares y las fracturas severas de pelvis
  • Pacientes con secuelas de cirugía ortopédica de la columna vertebral

¿Existe tratamiento?

En primer lugar, los tratamientos comunes para esta obstrucción intestinal se llevan a cabo con el objetivo de aliviar los síntomas y recuperar el estado nutricional habitual de cada persona. Son, por lo tanto, tratamientos conservadores que buscan tratar la causa de la enfermedad.

Estos primeros pasos pueden incluir:

  • La descompresión nasogástrica. Es decir, un tubo que pasa por la nariz hasta el estómago.
  • Una nutrición adecuada, que, en casos graves, se realiza con una sonda de alimentación o por vía intravenosa para proporcionar suficientes calorías. Posteriormente, se irán introduciendo de forma gradual pequeñas porciones de comidas blandas, hasta ofrecer alimentos sólidos.
  • Establecer nuevas posiciones apropiadas después de comer. Acostarse del lado izquierdo, ponerse de pie, acostarse boca abajo o sentarse poniendo las rodillas en el pecho tras las comidas para aliviar los síntomas.

Si tras unas semanas siguiendo estas pautas convencionales el síndrome de Wilkie no se solventa, se pueden plantear diferentes intervenciones quirúrgicas. Pese a que son el último recurso, las cirugías más habituales son:

  • La técnica de Strong: sirve para liberar el duodeno y reposicionarlo. Es decir, consiste en la sección del ligamento de Treitz y la movilización amplia del duodeno, para desplazarlo de la pinza aortomesentérica.
  • Gastroyeyunostomía: se practica para juntar el yeyuno (la parte siguiente del intestino que continúa con el duodeno) con el estómago.
  • Duodenoyeyunostomía laparoscópica: con esta intervención algo más compleja se junta el duodeno con el yeyuno y después con el estómago.


Dr. Carles Rabassa
Centre Mèdic Atlàntida

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