Por Patricia Vallés, psicóloga y instructora de mindfulness MBSR (Mindfulness Based Stress Reduction)
¿Qué es un baño de bosque? o ¿el Shinrin-yoku de los japoneses?
Voy a intentar haceros vivir lo que realmente es un baño de bosque, un zambullirse en la naturaleza.
Casi cada día, voy a pasear a mi perro Teo a un bosque cercano a la carretera de les Aigües. Ahí conecto conmigo y con Teo. Desde que practico meditación y soy instructora de Mindfulness es mi momento sagrado y mágico.
Llego al bosque abierta a las sensaciones, respiro de manera consciente, siento la pinaza y las hojas secas bajo la planta de mis pies notando su crepitar. Calmo mi respiración y busco sentir. Alejo pensamientos de mi mente y conecto con el aquí y el ahora. Me concentro en el canto de los pájaros y su melodía calma mi mente. Me inundo de dicha.
Percibo el sol y la sombra, hago mi respiración más lenta y profunda. Me relajo, conecto más con todo lo que me rodea, siento mi cuerpo, mis respiraciones, mis sensaciones, y me siento viva.
Toco hojas de árboles y arbustos sintiendo entre mis dedos sus texturas.
Contemplo la belleza de los movimientos de Teo.
No busco metas, hago camino y dejo que el bosque y Teo me guíen.
Vuelvo del paseo con un trozo de bosque, me siento nueva, enérgica, vital y alegre. Encaro el día con entusiasmo.
El baño de bosque es una terapia fácil, simple y sencilla. Requiere zambullirse en un trozo de naturaleza: bosque, playa, parque… buscando la soledad o la compañía de quién quiera sentir la misma experiencia.
El silencio ayuda a sentir la naturaleza en todos y con todos los sentidos. Zambulliros, respirar y sentir. Seguro que repetiréis.
Al principio os invito a hacerlo con personas que os guíen y marquen las pautas.