El acné siempre lo hemos asociado a los adolescentes y a sus cambios hormonales, pero también es habitual en la edad adulta. Es un problema, en principio, sólo estético, a no ser que coja dimensiones graves que puedan derivar en infecciones. El tratamiento del acné en sus formas más leves pasa a menudo por aplicar diversos productos en la piel, pero si se complica se pasa a administrar varios fármacos por vía oral.

Denominamos acné a los granos con grasa que suelen aparecer, sobre todo, en la cara y en la parte superior de la espalda. Puntualmente, también pueden salir en otras partes del cuerpo, pero a menudo no tienen ni la misma extensión ni la misma intensidad. A veces, pueden tener acumulaciones de pus.

En contra de lo que se suele decir, los médicos no desaconsejan eliminarse uno mismo estos granos, siempre que se haga con higiene y nos lavemos bien las manos antes y después de la operación. El acné está provocado por una bacteria –propionibacterium acnes- y, si manipulamos los granos de cualquier manera, corremos el riesgo de que la infección se extienda. En un lugar como la cara, con muchos vasos sanguíneos y próxima al cerebro, esto nos puede conllevar complicaciones graves.

CAUSAS HORMONALES

Si el acné en la adolescencia está claro que se debe a los cambios hormonales propios de la edad, los especialistas también la atribuyen a causas similares cuando aparece (o persiste) cuando somos adultos. Aunque cada caso se debe estudiar de forma individual, sobre todo si son brotes graves, parece claro que en términos generales las hormonas de origen ovárico -estrógenos y progesterona- y las de origen suprarrenal son las responsables. Entre estas últimas, está el cortisol, muy relacionada con el estrés emocional.

Por lo tanto, si se está haciendo un tratamiento anovulatorio -que inhibe la producción de óvulos- se pueden regular en algunos casos las hormonas de la mujer y mejorar los resultados del brote de acné. De hecho, a veces se usan las píldoras anticonceptivas como tratamiento contra el acné. Del mismo modo, evitar las situaciones de estrés emocional puede ayudarnos a combatir los granos, pero esto no siempre es fácil de conseguir.

COSMÉTICA

Los especialistas también atribuyen el acné adulto al inicio de ciertas rutinas de cuidado personal, como la utilización de determinados productos de cosmética o de higiene, muchos de ellos con acción antiarrugas. Un ingrediente habitual de estas cremas es el ácido retinoico, que de hecho es útil contra el acné. En cambio, se desaconseja el uso de cremas grasas, ya que, junto con los cosméticos, pueden estar relacionadas con la aparición de acné, ya que tapan los poros de la piel.

En todo caso, los expertos aconsejan desmaquillarse bien antes de ir a dormir y también mantener una disciplina de limpieza en cuanto a los utensilios que se utilizan para aplicar estos productos, como las brochas y pinceles. Hay que hacer, como mínimo, una limpieza a la semana con jabón para evitar que se acumulen gérmenes. También se hacen recomendaciones de tipo más general, como limpiar periódicamente las gafas o el teléfono móvil y, por supuesto, las manos.