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Fatiga crónica: causas, síntomas y tratamientos

La fatiga crónica es una enfermedad compleja que afecta la calidad de vida de la persona que la padece. En este artículo, te contamos cómo se puede afrontar la fatiga persistente.

En España, la fatiga crónica afecta a entre 120.000 y 200.000 personas. Es decir, según los estudios se estima que del 0,3% al 0,5% de la población sufre síndrome de fatiga crónica, una enfermedad que también se conoce como encefalomielitis mialgia. En el mundo, el número de personas que padece fatiga crónica es de más de 17 millones. 

¿Cansancio extremo? ¿Te cuesta llevar a cabo las rutinas? ¿Te duele la cabeza? ¿Sufres problemas de memoria? ¿Has notado alergias estacionales? La fatiga crónica se caracteriza por un cansamiento extremo después de realizar un esfuerzo, y que no desaparece con el reposo. Se asocia a otros síntomas, como:

  • Problemas de concentración
  • Dificultad para memorizar
  • Dolor de cabeza y/o episodios de migraña
  • Sueño no reparador u otros trastornos del sueño
  • Debilidad muscular, dolor muscular o articular
  • Mareo por bajada de tensión arterial al levantarse de la cama o después de estar sentado (hipotensión ortostática)

Causas de la fatiga crónica

A pesar de que no hay un conocimiento exacto de sus causas, se cree que puede ser resultado de una suma de factores, como la genética, infecciones virales o bacterianas, traumatismos físicos o emocionales, deficiencias nutricionales, episodios de depresión, etc. Además, la fatiga crónica también puede ser un síntoma de diferentes enfermedades. 

Pese a que tanto la fatiga crónica como la astenia primaveral comparten muchos de sus síntomas, como el cansancio recurrente y el dolor de cabeza, es importante remarcar que la astenia es, generalmente, de carácter más leve y suele desaparecer a los pocos días y sin necesidad de tratamiento. 

¿Cómo se diagnostica la fatiga crónica?

Las personas con fatiga crónica notan un agotamiento extremo que no reducen con el descanso y que, además, aumenta con la actividad física o mental. Es una fatiga grave, de aparición repentina o de inicio en un momento concreto, que incapacita para realizar las actividades que se hacían habitualmente. Suelen empezar, y acabar, el día sin energía. Para su diagnóstico es necesario que los síntomas hayan persistido durante más de 6 meses. 

Para hacer el estudio se realiza una analítica completa y, según el caso, pruebas de imagen que ayuden a descartar otros diagnósticos, como la farmacodependencia, trastornos autoinmunitarios, infecciones, enfermedades musculares o neurológicas, etc.

Para poder hacer el diagnóstico de la fatiga persistente, es importante analizar las señales y los síntomas que acompañan al cansancio extremo, como un posible dolor o los trastornos del sueño. 

Fatiga crónica: los mejores tratamientos

Hoy día, no existe ningún tratamiento con eficacia contrastada para curar definitivamente la fatiga crónica. Sin embargo, sí se pueden ofrecer opciones terapéuticas que traten o minimicen los síntomas asociados a esta enfermedad. 

Con esas intervenciones, se consigue sobre todo mejorar la calidad de vida del paciente. Es decir, el objetivo de los tratamientos es reducir el dolor y el grado de fatiga o mejorar el día a día del paciente. 

Para mejorar la sintomatología se recomienda adoptar unos hábitos saludables, tales como:

  • Llevar una dieta saludable y equilibrada, garantizando una buena ingesta de vitaminas, proteínas, agua…
  • Acompañar esta alimentación sana con suplementos o complementos alimenticios que aporten minerales y vitaminas al organismo, si hay algún déficit.
  • Incorporar a la rutina diaria alguna técnica de relajación o meditación
  • Realizar ejercicio constante y de forma habitual, encontrando un equilibrio entre actividad y reposo.
  • Evitar o aprender a gestionar situaciones de estrés
  • Implementar una buena rutina del sueño, que permita dormir las horas necesarias y, además, disfrutar de un sueño de calidad
  • Garantizar unas buenas medidas de higiene personal
  • Evitar el consumo de alcohol, drogas y otros estimulantes
  • Detectar los desencadenantes para poder evitar-los

También es importante tratar los posibles síntomas que la acompañan, como el dolor, la hipotensión ortostática, la depresión, los trastornos de sueño, etc. Todas estas recomendaciones puedes ayudar a las personas a llevar mejor la enfermedad y gozar de una mejor calidad de vida.

Dra. Claudia Pueyo

Centre Mèdic Atlàntida

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