La infección por VIH: ¿cuándo sí y cuándo no se transmite?

El virus de la inmunodeficiencia humana, conocido como VIH, es un virus que ataca el sistema inmunitario del cuerpo humano. En concreto, el VIH ataca y destruye los linfocitos CD4, que son un tipo de glóbulos blancos que forman parte del sistema inmune de las personas. Estas células son las encargadas de generar anticuerpos para combatir las infecciones causadas por agentes externos.

Una vez una persona contrae el VIH, lo tendrá de por vida. Actualmente, no existe una cura eficaz y definitiva, pero sí una atención médica y tratamientos eficaces (tratamientos antirretrovíricos, conocidos como TAR) que permiten controlar la infección y disfrutar de una vida saludable.

Un tratamiento precoz, y la evolución médica y científica de las últimas décadas, hace que la esperanza de vida de los pacientes con VIH sea cada vez mayor. En cambio, si el VIH no se trata puede llegar a causar sida, el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, y derivar en patologías graves, incluso mortales.

¿Cómo se detecta?

Saber si una persona tiene el VIH es indispensable para mantenerse sano y, a su vez, cuidar de la salud de su pareja. Actualmente, la única manera de saber con seguridad si se tiene el VIH es haciéndose pruebas.

Hay tres tipos de prueba disponibles: las de ácido nucleico (NAT, por sus siglas en inglés), las pruebas de antígenos y las de anticuerpos. Por lo general, todos estos test se hacen con muestras de sangre o de secreción bucal, y, en ocasiones, con muestras de orina.

¿Cómo se transmite el VIH?

A través de fluidos como la sangre, el semen, las secreciones vaginales y la leche materna de las personas infectadas. Es decir, el VIH puede transmitirse por tres vías: sexual, sanguínea y de madre a hijo/a.

Además, para que se produzca la infección es necesario que el VIH penetre en el organismo y entre en contacto con la sangre o las mucosas de la persona. Por eso, existe riesgo, por ejemplo, al compartir jeringas, agujas u otro material de inyección que haya estado en contacto con sangre infectada o cuando la mujer tiene el VIH. En este último caso, la transmisión del virus puede tener lugar durante el embarazo, el parto o la lactancia.

En cuanto a las relaciones sexuales con penetración, suponen un gran riesgo cuando no se usa precaución. La penetración anal es la práctica de mayor riesgo, seguida de la vaginal.

¿Cómo no se transmite el VIH?

El VIH no se transmite en los contactos cotidianos como los besos, las caricias, la tos o los estornudos. Tampoco se transmite a través de la saliva, las lágrimas o el sudor, ni por picaduras de insectos o por el contacto con animales domésticos.

Prevenir la transmisión del VIH

  • Usar preservativos cuando se mantengan relaciones sexuales con penetración
  • Utilizar material estéril y de un solo uso para perforar la piel (agujas de acupuntura, tatuajes o piercings)
  • No compartir agujas ni jeringuillas
  • No compartir cuchillas de afeitar ni cepillos de dientes
  • Realizar pruebas de detección y prevención del VIH

 

¿Cuáles son los síntomas más frecuentes?

Los síntomas de la infección por el VIH difieren según la etapa de que se trate. En este sentido, los primeros signos de infección por VIH suelen ser similares a los que padece una persona con gripe:

  • fiebre
  • escalofríos
  • sarpullidos
  • sudores nocturnos
  • dolores musculares
  • dolor de garganta
  • fatiga

A medida que la infección va debilitando el sistema inmunitario, la persona puede presentar otros signos, como:

  • inflamación de los ganglios linfáticos
  • úlceras en la boca
  • pérdida de peso
  • diarrea

 

Las fases del VIH

Cuando las personas que tienen el VIH no reciben tratamiento, la infección generalmente pasa por tres fases de progresión. En cambio, con los avances en el tratamiento, alcanzar, hoy día, la fase 3 es menos común de lo que era hace unos años.

  • Fase 1: Infección aguda por el VIH

Las personas tienen una gran cantidad de VIH en la sangre y son muy contagiosas. Pero, en realidad, dentro de las primeras cuatro semanas de la infección, en la mayoría de casos, las personas pueden notarse enfermas y con síntomas similares a la gripe. Es la respuesta natural del cuerpo a la infección.

  • Fase 2: Infección crónica por el VIH

Esta fase también se llama fase de infección asintomática o de latencia clínica. El virus sigue estando activo, pero se reproduce a niveles muy bajos y las personas podrían no tener ningún síntoma ni sentirse enfermas. Esta etapa puede durar una década o más, si no se toman medicamentos para el VIH. Durante la fase de infección crónica, se puede transmitir el VIH.

  • Fase 3: Síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida)

El síndrome de inmunodeficiencia adquirida es la fase más grave de la infección por el VIH. Las personas con sida tienen el sistema inmunitario muy dañado y pueden contraer ciertos tipos de cáncer e infecciones o presentar otras manifestaciones clínicas crónicas de gravedad. 

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